Conflictos y esclavitud moderna: cómo puede ayudar la inversión a erradicar la explotación de refugiados
Stephanie Williams, analista de inversiones sostenibles, y Katie Frame, directora de propiedad activa de Schroders, explican cómo los inversores pueden comprometerse con las empresas en las cuestiones relacionadas con los conflictos y la esclavitud moderna.
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La guerra de Ucrania nos recuerda las devastadoras consecuencias del conflicto más allá del número de muertos directos, desplazando a las poblaciones y desbaratando los medios de vida. Desde que comenzó la invasión rusa el 24 de febrero, Ucrania ha sido testigo de uno de los éxodos más rápidos de la historia reciente. Hasta la fecha, se han registrado casi 6,7 millones de refugiados en Europa (fuente: ACNUR).
Aunque hay pruebas de que los ucranianos están regresando poco a poco a su país de origen, la extrema reubicación provocada por el conflicto exige la integración de un número considerable de refugiados en las poblaciones europeas receptoras.
Lamentablemente, los titulares de Ucrania son la punta de un iceberg; la ONU calcula que unos 100 millones de personas en todo el mundo han sido desplazadas de sus hogares a la fuerza, en la mayoría de los casos como consecuencia de la violencia (fuente: ACNUR).
La esclavitud moderna y la trata de personas han sido una consecuencia del 90% de las guerras actuales (fuente: Contemporary Slavery in Armed Conflict). Esto se debe a una mezcla de factores, como que los refugiados sean recogidos por los traficantes al cruzar las fronteras, o que acepten ofertas de alojamiento o trabajo sin validar su legitimidad y seguridad.
La vulnerabilidad de los refugiados suele verse agravada por factores demográficos, ya que las mujeres y los niños están sobrerrepresentados entre las poblaciones desplazadas. Por ello, las empresas que operan en regiones que reciben refugiados deben ser conscientes de los riesgos de explotación laboral en sus operaciones y cadenas de suministro.
Tras la guerra civil siria de 2011, Turquía experimentó una gran afluencia de refugiados. En la actualidad, el país alberga la mayor población de refugiados del mundo: 3,6 millones de ellos son sirios. Una proporción significativa de estos refugiados se integró en el sector de la confección, que supone una parte importante de la economía turca.
Incluso antes de la crisis de los refugiados sirios, la industria de la confección dependía en gran medida de una mano de obra barata y flexible formada por migrantes. Actualmente hay informes sobre la explotación laboral generalizada de los refugiados, con pruebas que muestran jornadas laborales semanales de más de 60 horas y que la mayoría de los trabajadores sirios ganan por debajo del salario mínimo (fuente: Banco Mundial).
Concretamente en Estambul, se cree que el 85% de los sirios tienen un empleo informal. En consecuencia, las marcas de ropa de todo el mundo fueron objeto de escrutinio por su falta de acción adecuada, y sólo unas pocas marcas recibieron elogios por sus buenas prácticas (fuente: BHRRC).
Con la entrada en vigor de una oleada de leyes de diligencia debida obligatorias en toda Europa, aumenta la atención y el control sobre los abusos de los derechos humanos, como la esclavitud moderna. Con la responsabilidad civil tangible y las multas económicas en el horizonte, así como la responsabilidad empresarial básica, la importancia de analizar y gestionar los posibles riesgos para los derechos humanos nunca ha sido mayor, tanto para los equipos de gestión como para los inversores en esas empresas.
¿Cómo se compromete Schroders en esta cuestión?
En el "Engagement Blueprint" de Schroders, el código que recoge nuestra hoja de ruta y nuestras prioridades a la hora de interactuar e influir en las empresas en que invertimos, les pedimos que establezcan y apliquen una política de derechos humanos en consonancia con los Principios Rectores sobre las Empresas y los Derechos Humanos de las Naciones Unidas (PRNU, por sus siglas en inglés), la Organización Internacional del Trabajo y otros marcos internacionales, y que se comprometan a respetar los derechos humanos. También pedimos a las empresas que introduzcan procesos sólidos de diligencia debida y recursos efectivos.
Sin embargo, debido al mayor riesgo asociado a los derechos humanos en las zonas afectadas por conflictos y sus alrededores, esperamos que las empresas vayan más allá. Esto implica adaptar las políticas existentes a las necesidades específicas de las zonas afectadas por conflictos, y llevar a cabo una mayor diligencia debida en estos contextos. Dicha acción comprende:
- Evaluar los impactos reales y potenciales sobre los derechos humanos
- Integrar los resultados y actuar en consecuencia
- Seguimiento de las respuestas
- Comunicar cómo se abordan los impactos
Como punto de partida, hay dos preguntas sencillas que los inversores que quieran comprometerse con esta cuestión deberían hacer a las empresas:
- ¿Cómo se han visto afectadas sus cadenas de suministro por la afluencia de mano de obra inmigrante y cómo están evaluando los riesgos asociados a la esclavitud moderna?
- ¿Qué procesos de diligencia debida mejorados están llevando a cabo teniendo en cuenta este mayor riesgo?
Caso de estudio - Fabricante de ropa turco:
Conscientes de los crecientes riesgos para los derechos humanos en el país, especialmente asociados a la afluencia de migrantes de Siria, en 2020 comenzamos a colaborar con un fabricante de ropa turco en sus políticas y prácticas de derechos humanos. La empresa se encontraba en una fase relativamente temprana en este tema, por lo que empezamos animándola a aumentar la divulgación y a demostrar su adhesión a las prácticas de abastecimiento responsable, así como a participar en iniciativas del sector para mejorar las normas y colaborar con las ONG y los grupos de interés pertinentes. Nos complace que, desde nuestro compromiso, la empresa haya establecido objetivos de cumplimiento y control para su cadena de suministro, y que haya comenzado a comunicar datos básicos de auditoría.
Caso de estudio - Empresa taiwanesa:
En 2022 nos pusimos en contacto con una empresa taiwanesa con exposición a Myanmar. La compañía había empezado a hacer progresos para incluir los derechos humanos, entre otros factores ASG, en sus prácticas de gestión de proveedores. Intentamos comprender qué medidas iba a tomar para aumentar el número de proveedores que se adhirieran al código de conducta. También la animamos a trabajar para aumentar el alcance de sus prácticas de auditoría. Seguiremos colaborando con esta empresa en estos temas en los próximos años, y consideraremos escalar nuestras preocupaciones si fuese necesario.
Caso de estudio - Empresas de contratación europeas:
Desde mediados de 2022, hemos iniciado compromisos con dos empresas que operan en Europa y que pertenecen al sector de los recursos humanos y los servicios de empleo. Identificamos este sector como de alto riesgo porque las agencias de empleo y las empresas de trabajo temporal suelen interactuar con personas que buscan rápidamente un trabajo, tras haber sido desplazadas de sus hogares y de su empleo original.
El objetivo es comprender cómo actúan las empresas para anticiparse a estos riesgos y hacerles frente, asegurándose de que se aplica la diligencia debida a los solicitantes de empleo y a los empleadores finales. En los próximos meses seguiremos supervisando las respuestas de estas compañías en línea con nuestro proceso de compromiso.
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