¿Ha cambiado la tendencia del dólar?
Analizamos si el dólar ha cambiado su tendencia, las futuras elecciones en Reino Unido y la situación política en Sudáfrica.

En contra de lo que manda la tradición - el presidente siempre defiende una divisa fuerte -, Donald Trump ha comenzado a abogar por una depreciación del dólar. Si bien la capacidad del mandatario para influir en el dólar es limitada, existen razones para confiar en la probabilidad de que la fortaleza del dólar se revierta. Desde que el dolar protagonizó una drástica apreciación, el sector comercial ha lastrado el crecimiento económico.
Perspectivas: la depreciación del dólar, una posibilidad real
El dólar se ha visto apuntalado por el endurecimiento de la política monetaria estadounidense en un momento en el que el resto de bancos centrales mantienen sus políticas acomodativas. Sin embargo, la relación entre los tipos y las divisas no es sencilla. Las divisas suelen anticiparse a los movimientos de los tipos de interés, ya que los inversores ajustan sus previsiones de rentabilidad. Cuando los tipos de interés varían frente a una divisa, el valor de esta debe caer hasta un punto en el que ofrezca el suficiente potencial de apreciación para restablecer el equilibrio. Esta es la base del «overshooting» (sobrerreacción): una divisa se adelanta en gran medida a las variaciones en los tipos, para luego estabilizarse o apreciarse cuando se materializan dichos cambios.
Esto concuerda con los ciclos previos de ajuste monetario de la Reserva Federal (Fed), en los que, en vez de producirse una apreciación del dólar al mismo tiempo que la subida de los tipos de interés del país, la situación fue diferente. Nuestro análisis de ocho ciclos anteriores revela que, por norma general, el dólar suele depreciarse ligeramente o mantenerse plano después de las subidas de tipos por parte de la Fed. Hoy parece suceder algo parecido: el dólar subió drásticamente antes de que la Fed empezara a endurecer su política monetaria, pero ahora está retrocediendo al haber superado su valor a largo plazo. Predecir el comportamiento de las divisas es algo muy complicado, pero bien podría suceder que se cumpliera el deseo del presidente y que más adelante seamos testigos de un dólar más débil - en vez de más fuerte -.
Algunas repercusiones
Un dólar más débil eliminaría un factor deflacionista en la economía estadounidense. Los precios de las importaciones aumentarían más rápidamente, lo que haría subir la inflación. Sin embargo, ello también podría sumarse a las presiones deflacionistas en Europa y Japón, lo que posiblemente generaría problemas para el BCE y el BoJ. Los inversores en estos países también tendrán que estar atentos a las fluctuaciones del euro y el yen si se produjese un movimiento significativo en el dólar, dada la correlación negativa que estas divisas tienen con sus respectivos mercados de renta variable. Para los mercados emergentes, el fin de la apreciación del dólar supondría un alivio, ya que disiparía los temores de que unas condiciones monetarias más estrictas en EE. UU. se extiendan a las economías emergentes a través de la deuda denominada en dólares.
Reino Unido: Las elecciones sorpresa, motivo de esperanza para un Brexit más suave
La población británica volverá a las urnas una vez más después de que la primera ministra, Theresa May, convocara elecciones generales para el 8 de junio. May argumenta que necesita celebrar elecciones para reforzar su postura en las negociaciones del Brexit y para conseguir el mejor resultado posible para el Reino Unido. Los inversores recibieron positivamente el anuncio, lo que impulsó la libra hasta su nivel más elevado frente al dólar desde septiembre de 2016.
Preocúpate de tus amigos, no de tus enemigos
Theresa May se ha quejado de que «otros partidos y miembros de la Cámara de los Lores han intentado boicotear el proceso», pero quizá la oposición a sus planes provenga de su propio partido. Con una mayoría de tan solo 17 escaños en la Cámara de los Comunes, la primera ministra se encuentra en una posición difícil. Los planes de un Brexit demasiado «suave» o el incumplimiento de algunas promesas podrían llevar a los miembros de la «línea dura» de su Gobierno a votar en contra del acuerdo final. Por otro lado, si el acuerdo con Europa
resulta ser muy «duro», la facción más europeísta de su partido también podría votar junto con los partidos en la oposición para paralizar el acuerdo final.
Por lo tanto, May necesita una mayoría más amplia, reforzada por parlamentarios nuevos, jóvenes y ambiciosos que no se rebelen en su contra. Recuerden que la primera mujer en ostentar este cargo en la historia del Reino Unido no fue derribada en las urnas, sino por su propio partido.
Aprovechemos esta situación mientras dure
Los lectores asiduos de nuestra publicación sabrán que consideramos que la economía del Reino Unido probablemente se ralentice próximamente, dado que los hogares se ven lastrados por el aumento de la inflación. De hecho, estamos observando indicios que apuntan a que los hogares empiezan a apretarse el cinturón. Ante la probabilidad de que la economía se ralentice, tiene sentido que Theresa May convoque elecciones más pronto que tarde. Mientras que la confianza de los consumidores y las empresas se mantenga en niveles elevados, es probable que su liderazgo en las encuestas de opinión se traduzca en una rotunda victoria en las elecciones. Algunos piensan incluso que podría obtener la mayoría más amplia desde la Segunda Guerra Mundial.
«Déjà vu» en Sudáfrica
La destitución del reputado ministro de economía de Sudáfrica por parte del presidente Jacob Zuma podría ser un clamoroso error. Problemas en el país... y en el extranjero El país ha reaccionado negativamente al cese de Pravin Gordhan y los partidos de la oposición han solicitado una moción de censura para el presidente. La reacción en el exterior tampoco ha sido positiva para el presidente Zuma. Tanto S&P como Fitch revisaron a la baja la calificación de la deuda del país denominada en moneda extranjera, forzando así su salida de los índices de renta fija de referencia. La deuda denominada en divisa local mantiene, por el momento, la calificación Investment Grade de S&P y Moody’s, necesaria para ser incluida en el World Government Bond Index (WGBI).
Implicaciones para la economía
Esperamos que las turbulencias políticas actuales, incluso si no provocan grandes cambios, tengan un cierto efecto negativo sobre la economía. Los primeros efectos secundarios podrían derivarse de la depreciación de la moneda, la revisión a la baja de la calidad crediticia y el incremento de la incertidumbre. En concreto, esta última lastrará el crecimiento del sector privado, mientras que la radical transformación económica prometida por el nuevo ministro de economía hará saltar algunas alarmas en las empresas y podría minar la disposición a invertir. Tanto consumidores como empresas se enfrentan a posibles lastres en forma de unos tipos más elevados.
Hasta el momento, la reacción a los acontecimientos parece contenida. Los mercados calificaron la deuda sudafricana denominada en divisa extranjera como «basura» durante algún tiempo tras el cese del ministro de economía Nhlanhla Nene a finales de 2015. Por tanto, el próximo riesgo deriva de una posible revisión a la baja de la deuda denominada en divisa local, a salvo por ahora en terreno Investment Grade.
Las perspectivas presupuestarias plantean el mayor riesgo
En conjunto, es probable que se produzca un efecto moderado en el plano macroeconómico, principalmente porque parte del daño ya está hecho: en el último año y medio se ha producido una reducción gradual de las
perspectivas. Dicho esto, no puede descartarse totalmente que se apliquen recortes en los tipos de interés, dado que la reciente depreciación del rand debería tener unas consecuencias inflacionistas limitadas, ya que se produce después de un largo periodo de fortaleza frente al dólar. Es importante destacar también que el banco central da por sentado que el contexto mundial favorable se mantendrá. Si el crecimiento mundial se viera lastrado en la segunda mitad del año, podría aplicarse una política monetaria más acomodativa. Más allá de este hecho, el mayor riesgo lo constituyen las perspectivas presupuestarias, que dependerán en gran medida de las medidas que adopte el nuevo ministro de economía. Sin embargo, los beneficios podrían verse afectados si el crecimiento se ralentiza, y una exclusión del WGBI representaría un duro golpe.
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