¿Por qué las firmas innovadoras son esenciales para resolver problemas globales?
Hay que aprovechar el conocimiento experto del sector privado para crear nuevos productos si queremos cumplir los objetivos de desarrollo sostenible.

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No descubrimos nada nuevo si decimos que el mundo afronta varios retos urgentes. La experiencia de la pandemia ha puesto de relieve nuestra vulnerabilidad ante las enfermedades contagiosas. Este año, los efectos del cambio climático se han hecho más patentes que nunca. Lo demuestran los incendios en Canadá o las inundaciones en Alemania. Las emisiones nocivas y las inclemencias del tiempo se unieron hace poco en la India, obligando a una especie de confinamiento en Delhi por la contaminación del aire.
Los desafíos no acaban ahí. Podríamos hablar además de la protección de la biodiversidad, la mejora de la salud y la educación y el fomento del crecimiento económico. Todo esto es esencial para lograr un crecimiento sostenible conforme la población aumenta.
Estos son grandes retos, aunque no insuperables. La voluntad política está ahí, y lo vemos en el énfasis cada vez mayor de los legisladores en los Obejtivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU.
Esto brinda al sector privado la oportunidad de demostrar su valía creando nuevos productos y soluciones para hacer realidad un futuro sostenible.
La innovación será esencial. Y los inversores en empresas innovadoras podrían verse favorecidos.
La innovación hace realidad los objetivos
Los Gobiernos y la política juegan un papel clave para ayudar a implantar esta agenda. Lo vimos el mes pasado en la COP26, donde los diversos países firmaron sus compromisos climáticos. Ahora bien, fijar objetivos es una cosa, y lograrlos, otra.
Un buen ejemplo de esto es el desarrollo de la vacuna contra el COVID-19. El apoyo del sector público ha sido fundamental, pero, al final, el conocimiento científico necesario para crear una vacuna eficaz contra el virus con la novedosa tecnología de ARNm lo tenían empresas privadas. Y esas empresas privadas tienen que aliarse con otras para testar, fabricar y envasar esta vacuna a gran escala.
El éxito de las vacunas de ARNm demuestra la importancia de innovar. Si la sociedad quiere cumplir los ODS, no podemos depender solo de soluciones ya probadas. Aquí es donde entra el sector privado.
Creemos que Boston Consulting Group lo expresa muy bien cuando dice: “Lo más poderoso de todo lo que el sector privado puede aportar para tratar de avanzar en la Agenda 2030 es, con mucha diferencia, su capacidad de innovar con rapidez, atraer capital hacia soluciones innovadoras e impulsar la innovación a gran escala. Esa combinación es difícil de encontrar en el sector público y en el tercer sector, que, sin embargo, son una parte vital del sector privado.”
Una oportunidad irrepetible para los inversores
Lograr los ODS exigirá el desarrollo de tecnologías totalmente nuevas que ahora no existen o no se fabrican a gran escala. En concreto, la crisis climática, y, en particular, el objetivo de lograr las cero emisiones netas para 2050, implica una necesidad urgente de innovación ahora mismo.
El desarrollo de nuevas tecnologías y productos siempre implica cierto grado de riesgo, pero asumir riesgos —a cambio de un posible beneficio en el futuro— es de lo que va invertir en renta variable:
“Cuando una necesidad social se puede cubrir con un modelo de negocio rentable, el capitalismo hace su magia. Las respuestas a los diversos problemas sociales enquistados a los que nos enfrentamos se tornan autosostenibles y se pueden utilizar a gran escala.” (extraído de Where ESG Fails, Porter, Serafaim y Kramer, Harvard Business School)
Los inversores pueden tener un impacto positivo al utilizar su capital para ayudar a que las empresas encuentren esas respuestas. Vemos una gran oportunidad comercial para las empresas innovadoras, ya que la demanda de soluciones para problemas globales no hará más que crecer.
Todos los sectores deben ajustarse para ser más sostenibles. Veamos un ejemplo en la construcción. El informe Global Opportunity Explorer 2019 de la ONU afirmaba: “Globalmente, los edificios son responsables del 30% del consumo de energía y de aproximadamente un tercio de las emisiones de carbono inducidas por el hombre (...) El sector puede esperar nuevas políticas y reglamentos, cambios en las demandas de los inversores, que requieran más edificios certificados, una mayor escasez de energía y recursos, y nuevos competidores con los principios de construcción circular como centro de su modelo de negocio.”
Los inversores pueden verse beneficiados si identifican las empresas que están dando respuesta a estos desafíos a través de productos capaces de impulsar la transformación de sectores como el de la construcción.
Rotación hacia soluciones sostenibles
En Europa, hay muchas empresas de muy diversos sectores que ponen la innovación en el centro de su actividad y tratan de respaldar activamente los ODS de la ONU.
Una de ellas es la suiza Sika, un fabricante de productos químicos especiales que vende aditivos, adhesivos y materiales avanzados para la construcción.
Aproximadamente, el 70% de los productos de Sika ya contribuye a la sostenibilidad, y la compañía apunta aún más alto. De hecho, se han fijado el objetivo de que, en 2023, todos los nuevos productos que lancen formen parte de una “solución sostenible” que ofrezca a sus clientes y el planeta y un beneficio tangible a partir de la reducción de emisiones de CO2 y el consumo de energía y agua.
Además de las mejoras sustanciales de sus actuales productos, Sika invierte en procesos totalmente novedosos. Un ejemplo de ello es el proceso de reciclaje de cemento ReCo2ver, que vuelve a reinyectar el C02 en el cemento según se va reciclando. De este modo, no solo se reducen las emisiones de CO2, también se crea una oportunidad de captación de carbono.
Otro ejemplo es la firma especializada en nutrición DSM. Cuenta con una plantilla de 1.700 científicos in-house que tratan de crear productos que mejoren la salud de las personas, los animales y el planeta.
Uno de los productos de DSM diseñado para mejorar la salud del planeta es Bovaer, un aditivo en polvo para la alimentación vacuna que suprime de forma segura una enzima responsable de la producción de metano en el estómago de las vacas. De este modo, logra una drástica reducción de las emisiones de metano del ganado bovino, algo crucial, ya que el metano tiene más impacto en el calentamiento global que el dióxido de carbono.
Estos productos innovadores nacen de la capacidad de abordar de forma distinta un problema. El cemento es el material más utilizado de la Tierra, y no es factible dejar de fabricarlo de un día para otro sin más. Pero, ¿cómo podemos reducir drásticamente su huella de carbono recurriendo a la Ciencia para diseñar nuevos métodos de fabricación que utilicen materiales distintos y hagan posible su reciclaje? Del mismo modo, hasta que toda la humanidad sea capaz y quiera seguir una dieta solo a base de plantas, ¿cómo podemos mitigar el impacto negativo de la ganadería?
Para que estos nuevos productos tengan un impacto, hay que desarrollarlos, probarlos y transformarlos en propuestas que se puedan comercializar a gran escala. El sector privado puede demostrar su valía llevando estas innovaciones del laboratorio al consumidor. En el caso de los inversores, creemos que podrían aprovechar el potencial de crecimiento de la rentabilidad que estas innovaciones pueden generar si respaldan a las empresas que ponen la innovación en el centro de su negocio.
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