Restricción cuantitativa: ¿cómo afectará a los mercados?
Tras una expansión cuantitativa de $3,5 billones, las autoridades de EE.UU. comenzarán a cerrar el grifo para intentar evitar el hundimiento de mercado.

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Restricción cuantitativa: ¿qué quiere evitar la Fed?
Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal (Fed), afirma que espera que la reversión de la expansión cuantitativa sea "aburrida". John Williams, presidente de la Fed en San Francisco, ha declarado que espera que sea "tediosa".
¿Conseguirán lo que desean?
Entre 2009 y 2014, el programa de expansión cuantitativa dio lugar a que la Fed creara 3,5 billones de USD, con los que compró el importe equivalente de los activos financieros y ayudó a impulsar al alza a los mercados de manera continua.
La reversión de este programa, un proceso también conocido como normalización del balance o restricción cuantitativa, supondrá que la Fed deje lentamente de reinvertir los beneficios que recibe de los bonos de próximo vencimiento.
Comenzando con una reducción de solo 10.000 millones de USD al mes, el plan de la Fed es reducir sus reinversiones hasta el momento en que considere que su balance se ha “normalizado”. Queda por ver cuánto tiempo será necesario para llevarlo a cabo, pero el programa inicial es a 15 meses vista, momento en el cual la reducción del balance mensual alcanzará los 50.000 millones de USD al mes. A partir de entonces, se mantendrá en el nivel de los 50.000 millones de USD hasta que se normalice.
Son tres los objetivos básicos de la Fed que respaldan este plan para revertir la expansión cuantitativa.
1. No hundir el mercado de renta fija
Evitar movimientos drásticos en los rendimientos de los bonos es fundamental para el éxito de la restricción cuantitativa. Después de todo, unos rendimientos más elevados equivalen a mayores costes de endeudamiento y precios de bonos más bajos.
En teoría, al revertir su balance de forma pasiva permitiendo que los bonos que posee venzan, la Fed evita tener que enfrentarse al miedo de lo que pueda ocurrirle a los rendimientos si alguna vez debiera intentar vender una cantidad de bonos tan grande directamente. No obstante, en la práctica, no hay diferencia alguna.
Con un aumento significativo en la oferta llegando al mercado en los próximos años y el mayor comprador no rentable abandonando la escena, la presión debería impulsar los rendimientos tanto de los bonos gubernamentales como de los corporativos.
2. No hundir el mercado de valores
El resultado equivalente para el mercado de renta variable se manifestaría en una caída del múltiplo precio-beneficio. En términos generales, el mercado de valores estadounidense actual está enormemente valorado en prácticamente todas las medidas significativas que interese analizar.
En la práctica, esto significa que:
- Es probable que la rentabilidad futura para el saldo de este ciclo sea pésima. Lamentablemente, esto sucede en un momento en el que la rentabilidad pasada parece ser la más impresionante y ha inspirado una oleada de inversión pasiva en los mercados de valores.
- Los valores son bastante vulnerables a un cambio negativo en los fundamentales y/o un giro pesimista en la confianza de los inversores.
Aunque este ha sido el caso durante algún tiempo, se ha superado con la liquidez que los bancos centrales han proporcionado, manteniéndose extraordinariamente conciliadores durante nueve años en esta recuperación. Los inversores han estado condicionados a comprar cada caída. Nos limitaríamos a preguntar durante cuánto tiempo esa seguirá siendo la respuesta correcta con vistas al futuro mientras la liquidez se reduce.
Una consecuencia adicional de la expansión cuantitativa ha sido el colapso en la volatilidad a niveles históricamente muy bajos. Creemos que podemos confiar en que la volatilidad continúe así de baja.
3. No hundir la economía
En resumidas cuentas para la economía, la pregunta fundamental con respecto a EE. UU. (y a nivel global) es qué ocurre con el coste de crédito. Los gobiernos, los hogares y el sector corporativo están todos más apalancados actualmente que cuando la economía mundial comenzó a hacerse pedazos hace una década como resultado de una deuda demasiado elevada.
Básicamente, desde que los tipos de interés subieron y comenzaron a caer a principios de los años 80, el crédito ha sustituido al ahorro como impulsor del crecimiento económico. Cuando el crecimiento del crédito era fuerte, el crecimiento económico también lo era. Cuando el crecimiento del crédito era débil, como ha sido el caso en este ciclo, el crecimiento económico también lo ha sido.
Si todo lo demás se mantiene igual, creemos que es razonable asumir que, si los tipos de interés suben como resultado de la restricción cuantitativa, el crecimiento del crédito del sector privado (que ya se está ralentizando) avanzará aún más despacio. Esto puede verse agravado por un efecto riqueza negativo si los precios de los activos también bajan. Todo ello hace aún más hincapié en que se resuelva la absoluta desorganización que hay en Washington. Basta decir que la combinación de un gobierno estancado y un consumo aletargado no favorece a la economía en general.
Por todas estas vulnerabilidades, es fácil entender por qué muchos creen que la Fed no avanzará demasiado con la reversión de la expansión cuantitativa. La economía y los mercados simplemente no lo permitirán.
Seis preguntas a responder
Llevar a cabo una tarea como esa sin alterar la economía o los mercados parece extremadamente difícil. Nunca antes se había hecho. Es más, hay varias preguntas que siguen sin respuesta. He aquí seis de ellas:
¿Cuál es la tolerancia de la Fed para elevar los rendimientos de los bonos?
¿Cómo responderá la Fed si el índice S&P cae un 20%?
¿Cuál es el nivel de endeudamiento del consumidor y cuál es su sensibilidad a unos tipos de interés más altos?
Si los diferenciales de crédito aumentan, ¿las empresas seguirán emitiendo deuda para recomprar acciones propias?
Si todo va bien, ¿cuánto tiempo pasará antes de que otros bancos centrales comiencen a revertir sus políticas inusuales?
¿Qué políticas pondrá en práctica el Presidente Trump? ¿Serán inflacionistas? ¿Impulsarán los tipos de interés al alza?
Cualquiera de estas tiene el potencial para cambiar la visión de la Fed sobre la restricción cuantitativa.
Repercusiones sobre la inversión
Y ahora, ¿toda esta incertidumbre significa que no debería invertir? No. ¿Sugiere que debería invertir de manera conservadora? En nuestra opinión, sí. ¿Significa que debería asegurarse de que su cartera y tolerancia al riesgo se correspondan adecuadamente? Totalmente.
De acuerdo con FactSet, durante los últimos cinco años, el crecimiento de los beneficios por acción para el índice S&P 500 ha aumentado un 12% en total –aproximadamente en línea con la tasa de inflación. Durante los mismos cinco años, el índice S&P ha subido alrededor de un 72%. En pocas palabras, la expansión cuantitativa ha disparado los precios de los activos.
Visto en retrospectiva, se habría esperado que la restricción cuantitativa tuviese lugar en un momento en el que el ciclo económico estuviese menos consolidado de lo que parece actualmente.
En la medida en que ver cómo se seca la pintura es realmente aburrido, vamos a tener que discrepar con Janet Yellen en esto. Esperamos que los próximos años sean mucho más interesantes.
Información Importante: Las opiniones expresadas aquí son las de Robin McDonald, Gestor de Fondos - Multi-Manager, y Marcus Brookes, Director de Multi-Manager, y no representan necesariamente las opiniones declaradas o reflejadas en las Comunicaciones, Estrategias o Fondos de Schroders. Este documento tiene fines informativos exclusivamente y no se considera material promocional de ningún tipo. La información aquí contenida no se entiende como oferta o solicitud de compra o venta de ningún valor o instrumento afín en este documento. No se debe depositar su confianza en las opiniones e información recogidas en el documento a la hora de tomar decisiones de inversión y/o estratégicas. La información aquí contenida se considera fiable, pero Schroders no garantiza su integridad ni su exactitud. La rentabilidad registrada en el pasado no es un indicador fiable de los resultados futuros. El precio de las acciones y los ingresos derivados de las mismas pueden tanto subir como bajar y los inversores pueden no recuperar el importe original invertido. Publicado por Schroder Investment Management Limited, Sucursal en España, c/ Pinar 7 – 4ª planta. 28006 Madrid – España. Registrada en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), con el número 6.
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