¿Será el Covid-19 un momento crucial para el cambio climático?
Los responsables políticos deberían aprovechar la crisis actual para otorgar a la política climática cierta urgencia y acelerar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono.

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- Durante años hemos puesto de relieve el drásticos cambios que serán necesarios para reconfigurar la economía mundial en un modelo de bajo consumo de carbono.
- El impacto devastador del Covid-19 ha propiciado un cambio social y político de esa magnitud, en semanas y no en décadas, impulsado por la urgencia y la claridad del desafío.
- Si bien la inmediatez de la crisis actual está atrayendo con razón la atención de los encargados dresponsables políticos, el cambio climático plantea potencialmente una amenaza mayor.
- Los gobiernos deberían aprovechar la crisis actual para establecer una nueva dirección en la política climática y un liderazgo más ambicioso.
El cambio climático podría ser una amenaza mayor que esta crisis
El número de muertos de la pandemia de Covid-19 parece que alcanzará los cientos de miles. Por muy devastador que sea, los efectos del cambio climático en la salud y la mortalidad son potencialmente más drásticos.
La Organización Mundial de la Salud ha estimado que, entre 2030 y 2050, el calentamiento global causará 250.000 muertes adicionales al año por estrés térmico, malnutrición, malaria y diarrea. Las repercusiones económicas del cambio climático serán igualmente graves a largo plazo.
El desafío climático no ha generado una respuesta equiparable a la reciente respuesta al Covid-19. Las principales economías mundiales han anunciado paquetes de estímulo por un total de más de 4 billones de dólares. Esa escala de intervención fiscal es aproximadamente el doble que la que estos países reunieron en respuesta a la crisis financiera mundial.
En este contexto, también representa más de diez veces el gasto mundial anual en actividades de mitigación del cambio climático por parte de los gobiernos del mundo.
El liderazgo político ha impulsado el cambio de comportamiento
La amenaza que supone el virus ha puesto de relieve la importancia de un liderazgo político fuerte. Después de que se anunciara el cierre del Reino Unido, más del 90% de los británicos expresaron su apoyo a las medidas, a pesar de mostrar una limitada inclinación a hacerlo voluntariamente de antemano. Ante una amenaza clara e identificable y un firme liderazgo político, la sociedad ha respondido rápidamente.
Desde una perspectiva puramente climática, se han obtenido beneficios de este cambio de comportamiento. En febrero, las emisiones de carbono de China disminuyeron en alrededor de una cuarta parte en un período de cuatro semanas. La industria y el transporte que generan más de un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero prácticamente se han detenido. Es probable que el año 2020 sea el cuarto año en tres décadas en el que las emisiones mundiales disminuyan, y muy posiblemente será la mayor reducción jamás vista.
Sin embargo, es probable que estos efectos sean temporales. La industria y el transporte volverán a aumentar y las emisiones mundiales de carbono se recuperarán. Ya hemos estado aquí antes; el Proyecto Global del Carbono (Global Carbon Project) ha señalado que durante la crisis financiera de 2008-2009 las emisiones disminuyeron en un 1,4%, sólo para recuperarse en casi un 6% en 2010, a medida que las inyecciones de apoyo fiscal en las principales economías impulsaron la actividad económica.
Es probable que se mantengan algunos de los cambios de comportamiento que el virus ha impuesto. Recientemente destacábamos que probablemente las videoconferencias y el trabajo a distancia se mantendrán en el tiempo. La disminución de los viajes de negocios contribuirá a reducir las emisiones. Sin embargo, aunque estos cambios son importantes, son una parte pequeña del esfuerzo total que se necesitará.
Un largo camino hacia los objetivos climáticos
El progreso hacia los compromisos ambientales que los líderes mundiales asumieron en París en 2015 - limitar el calentamiento global a un nivel muy inferior a 2 grados en relación con los niveles preindustriales - ha sido lento y tartamudo.
El Climate Progress Dashboard de Schroders proporciona una medida objetiva de la velocidad y la escala de la acción climática. En este momento, refleja pocos de los cambios potenciales que hemos esbozado anteriormente. El aumento de la temperatura implícito en la docena de indicadores examinados apunta a un aumento de la temperatura a largo plazo de 3,9 grados por encima de los niveles preindustriales, sin cambios con respecto al análisis del último trimestre.
Dos cambios importantes se compensan entre sí en el primer trimestre de 2020:
- El precio medio del carbono mundial se desplomó, llegando a los 15 euros/tonelada, y se han mantenido en un nivel consistente con el aumento de las temperaturas mundiales de poco más de cuatro grados, según estimamos.
- Una fuerte contracción en el nivel de inversión de capital en combustibles fósiles a finales de 2019 y principios de 2020 dejó a la industria en buen camino para un crecimiento de la producción consistente con aumentos a largo plazo de alrededor de 3,6 grados.
Los gobiernos deben actuar ahora
Los ingredientes para actuar están en su lugar. La preocupación pública por el cambio climático es comparable a los temores por los coronavirus. Una encuesta realizada en el Reino Unido a mediados de marzo mostró que había muchos más encuestados preocupados por el impacto del cambio climático que por el coronavirus en la humanidad. En los Estados Unidos, las encuestas de los últimos años han mostrado sistemáticamente tanta o más preocupación por el cambio climático que por los brotes pandémicos.
Las decisiones que los líderes políticos tomen en los próximos meses serán importantes. Tienen la oportunidad de utilizar la ventana de oportunidad que presenta la crisis actual para dar un sentimiento de urgencia similar a la política climática y acelerar la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono. Podrían empezar por alinear las medidas de estímulo con los objetivos climáticos.
Sin embargo, existe el riesgo de que los gastos que los gobiernos han previsto hagan más difíciles las futuras inversiones en soluciones climáticas. Los balances públicos cada vez más tensos podrían sumarse a los retrasos que han frustrado el progreso hasta ahora. Seguiremos de cerca los acontecimientos y prestaremos nuestro apoyo en la medida de lo posible.
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