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¿Puede una cartera 60/40 dar mejores resultados?

Los asesores financieros y los inversores llevan décadas siguiendo la regla 60/40 y los cálculos de Schroders demuestran el motivo, pero... ¿es el fin de una era?

31/05/2019
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Authors

David Brett
Redactor de inversión

Los últimos decenios han sido una época convulsa para la inversión. Solo en los últimos 20 años hemos sufrido dos de los mayores cracks bursátiles de la historia: la burbuja de las puntocoms en los albores del nuevo milenio y la crisis financiera de 2008.  

Muchos inversores siguen la regla 60/40 para cumplir un mandato ineludible: generar rentabilidad de forma fluida y evitar las pérdidas.

En su forma más básica, la regla 60/40 consiste en invertir el 60% de la cartera en activos con mayor potencial de riesgo pero más rentables históricamente, como la renta variable, destinando el otro 40% a clases de activos de menor riesgo, aunque también tradicionalmente menos rentables, como los bonos gubernamentales.

En teoría, una cartera diseñada según la regla del 60/40 debería generar rentabilidades similares a las de la renta variable suavizando a su vez los picos alcistas y bajistas asociados a una cartera compuesta únicamente por renta variable (la volatilidad).

Los cálculos de Schroders indican que, en los últimos 30 años, la estrategia 60/40 ha resultado ser eficaz tanto a la hora de rebajar la volatilidad (su principal objetivo) como en lo que respecta a ofrecer rentabilidades más altas.

Si nos remontamos a 1988, una inversión de 1.000 $ utilizando tres métodos distintos —solo renta variable, solo renta fija y la combinación 60/40 de ambas— podría haber dado los siguientes resultados:

  • 1.000 $ invertidos íntegramente en renta variable ahora = 7.554 $. Una rentabilidad anual de 7,2%.
  • 1.000 $ invertidos íntegramente en bonos gubernamentales ahora = 5.806 $. Una rentabilidad anual del 6,2%.
  • 1.000 $invirtiendo un 60% en renta variable y un 40% en bonos gubernamentales ahora = 8.091 $. Una rentabilidad anual del 7,5%.

En este ejemplo, la referencia de la renta variable es el MSCI World Total Return Index (que incluye los mercados desarrollados de todo el mundo) y la de los bonos gubernamentales, la cotización del bono del Tesoro de EE. UU. a 10 años. El resultado no se ha ajustado para tener en cuenta la inflación ni los costes de negociación.

No hace falta decir que la rentabilidad pasada no es una guía de la rentabilidad futura.

¿Cómo podría haber generado una estrategia 60/40 una rentabilidad más elevada y fluida? 

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Fuente: Schroders. Datos de Refinitiv para el MSCI World Index - rentabilidad total y rentabilidad total de referencia del bono del Tesoro de EE. UU. a 10 años correctas a 31 de marzo de 2019. El fin de este documento no es ofrecer asesoramiento. La información aquí contenida se considera fiable, pero Schroders no garantiza su integridad ni exactitud

Ajustes: el secreto para que la regla del 60/40 funcione

Para que esta estrategia funcione, los inversores tienen que reconfigurar sus carteras al menos una vez al año para asegurarse de que se reparten más o menos 60/40. En el mundillo de la inversión, a esto se le llama “ajuste”. En la práctica, implica vender algunos activos con resultados que despuntan y reinvertir los beneficios en aquellos que vayan más rezagados, para que la mezcla de renta variable y renta fija se mantenga en un 60/40.

Hay que hacerlo porque si, por ejemplo, la renta variable tiene un año muy bueno y la fija lo pasa peor, es posible que la primera clase de activo acabe suponiendo un porcentaje de la cartera muy superior al 60%. Si lo dejamos estar, puede que caigamos en el error de acabar con una cartera muy sobreponderada en una clase de activo, algo que nos haría más vulnerables al riesgo.

En este ejemplo, al vender las acciones que tengan un mejor comportamiento y comprar bonos que queden por detrás de sus homólogos, la cartera volverá a estar equilibrada. En teoría, en ese momento los activos con peores resultados empezarían a mejorar, incrementando la rentabilidad total de la cartera y reduciendo a su vez la volatilidad (oscilaciones extremas de los precios).

¿Sigue funcionando la estrategia 60/40?

En los últimos 10 años, una cartera diseñada con esta regla en mente habría logrado una rentabilidad anual de 7,5%. Sin embargo, unos tipos de interés en mínimos históricos y el resto de políticas puestas en marcha por los bancos centrales para estimular la recuperación tras la crisis financiera (como la expansión cuantitativa, es decir, la inyección de dinero en sistema financiero) han distorsionado las cosas. Su efecto general ha sido la reducción de la rentabilidad de los bonos gubernamentales.

Por ejemplo, a partir del 2008, invertir exclusivamente en renta fija nos habría reportado una rentabilidad de tan solo un 2,5% frente al 10,3% que habríamos ganado invirtiendo únicamente en renta variable.

El entorno de tipos bajos y la política monetaria de los bancos centrales han mantenido bajo el rendimiento de los bonos artificialmente, por lo que los inversores se han visto abocados a invertir en activos de mayor riesgo para lograr rentabilidades más altas.

La rentabilidad de los bonos del Tesoro estadounidenses a 10 años se ha reducido del 9,5% en 1989 al 2,8% 2018. Ahora mismo, la renta variable mundial ofrece rendimientos del 4%. Así las cosas, al ajustar su cartera vendiendo acciones que van bien y comprando bonos que van mal, los inversores no están logrando los niveles de rentabilidad que se han venido obteniendo históricamente.

¿Hay motivos para cambiar de estrategia?

En 2013, Warren Buffet, inversor multimillonario y consejero delegado de Berkshire Hathaway, la mayor empresa de servicios financieros del mundo, provocó un terremoto al afirmar que había dado instrucciones a los fideicomisarios de su herencia de que, a su muerte, invirtiesen el 90% de su patrimonio en renta variable y el otro 10% en bonos gubernamentales con vencimiento a corto plazo.

Hace diez años, esta estrategia 90/10 nos habría salido redonda. Desde que registró su mínimo en marzo de 2009, en plena crisis financiera, el índice MSCI World ha ganado un 242%. Sin embargo, la estrategia de asignar gran parte de la cartera a renta variable es muy arriesgada. Los inversores que se decanten por ella tienen que estar hechos para poder aguantar el viaje en montaña rusa que es invertir en Bolsa.

Claire Walsh, Directora de Finanzas Personales de Schroders, afirmó que, aunque puede que la regla del 60/40 no haya generado la rentabilidad esperada por los inversores en los últimos años, sí que les obliga a seguir una disciplina de inversión.

“Según los datos, con la regla del 60/40 aún se pueden conseguir rentabilidades decentes, pero desde que se bajaron los tipos tras la crisis financiera, ha resultado ser menos eficaz. Sin embargo, esta estrategia sigue teniendo ventajas.

“Por ejemplo, utilizarla y ajustar habitualmente la cartera puede evitar que se cometan errores comunes a la hora de invertir, como comprar en momentos de pánico o vender en momentos de euforia. Al igual que ahorrar parte del sueldo todos los meses, los reajustes habituales nos enseñan a invertir con disciplina.

“Podría decirse que la verdadera ventaja de la regla 60/40 es psicológica. La volatilidad de los mercados es estresante. El ajuste puede evitar que los inversores pierdan la calma y que jueguen demasiado con el dinero e impedir que vendan en momentos bajistas (porque las cosas vayan mal) y compren en tramos alcistas del ciclo”.

Información Importante: Las opiniones expresadas aquí, son las de David Brett, Investment Writer, y no representan necesariamente las opiniones declaradas o reflejadas en las Comunicaciones, Estrategias o Fondos  de Schroders. El presente documento ha sido redactado con una finalidad exclusivamente informativa. Su contenido no constituye una oferta de compra o venta de ningún instrumento o título financiero, ni una sugerencia para adoptar ninguna estrategia de inversión. La información contenida en el presente no constituye un asesoramiento, una recomendación o un análisis de inversión y no tiene en cuenta las circunstancias específicas de ningún destinatario. Este material no constituye una recomendación contable, jurídica o tributaria y no debe ser tenido en cuenta a tales efectos. Se considera que la información contenida en este documento es fiable, pero Schroders no garantiza su exhaustividad o exactitud. La compañía no se responsabiliza de los errores de hecho u opiniones. No se debe tomar como referencia la información y opiniones contenidas en este documento a la hora de tomas decisiones estratégicas o decisiones personales de inversión. La rentabilidad registrada en el pasado no es un indicador fiable de los resultados futuros. El precio de las acciones y los ingresos derivados de las mismas pueden tanto subir como bajar y los inversores pueden no recuperar el importe original invertido. Schroders será responsable del tratamiento de tus datos personales. Para obtener información sobre cómo Schroders podría tratar tus datos personales, consulta nuestra Política de privacidad disponible en www.schroders.com/en/privacy-policy o solicítala a infospain@schroders.es en caso de que no tengas acceso a este sitio web. Publicado por Schroder Investment Management (Europe) S.A., 5, rue Höhenhof, L-1736 Senningerberg, Luxembourg. Número de registro Luxemburgo B 37.799.

 

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