CIO Lens Q2 2024: conozca por qué las condiciones actuales del mercado son muy diferentes a las de la década de 1990
Johanna Kyrklund reflexiona sobre las diferencias entre la burbuja tecnológica de la década de 1990 y los mercados actuales, mientras que Nils Rode analiza las perspectivas de los mercados privados y Andy Howard explica nuestro enfoque respecto a la afiliación en organismos de la industria sobre el cambio climático.
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En el CIO Lens de este trimestre, disponible en su totalidad aquí:
Johanna Kyrklund, Co-Director de Inversiones y CIO del Grupo, reflexiona sobre las diferencias entre los mercados de renta variable actuales y los de la década de 1990, así como las oportunidades actuales en renta fija y el oro.
Nils Rode, Director de Inversiones de Schroders Capital, ofrece una visión general de las perspectivas de los mercados privados, destacando las oportunidades de valuación dentro del capital privado y la oportunidad de ingresos en la deuda privada y las alternativas de crédito.
Andrew Howard, Director Global de Inversión Sostenible, comenta acerca de las iniciativas de la industria de inversión que se centraron en el cambio climático y el enfoque de Schroders para la afiliación a dichos organismos.
Nuestro equipo de multiactivos lo guiará a través de sus puntos de vista de asignación de activos en todas las principales clases de activos.
Nuestro equipo de economía analiza sus escenarios de riesgo económico actuales que capturan las crecientes preocupaciones sobre el riesgo político.
Johanna Kyrklund:
El desafío al que se enfrentan actualmente los mercados de renta variable es que la muy concentrada rentabilidad ha hecho que las cosas parezcan desequilibradas. Los mercados bursátiles han alcanzado nuevos máximos y algunas de las mayores empresas de crecimiento (como Nvidia, que ha subido un 80% en lo que va de año tras un aumento del 240% en 2023) han vuelto a impulsar los mercados de renta variable.
Es comprensible que haya habido cierta preocupación por la dirección del viaje. Sin embargo, un vistazo a las valuaciones bajo la superficie muestra que, a nivel mundial, las valuaciones de la renta variable siguen siendo bastante atractivas. Excluyendo las acciones tecnológicas más grandes, el S&P500 cotiza alrededor de 19 veces las ganancias previstas para 2024, en línea con la historia reciente.
Otros mercados fuera de EE.UU. cotizan con un descuento significativo con respecto a EE.UU. y por debajo de las medianas de 15 años en la mayoría de las medidas. Si bien no es de ninguna manera barato como grupo, incluso los Siete Magníficos han generado ganancias corporativas para respaldar sus valuaciones. Todavía estamos muy lejos del mundo de la burbuja de Internet de la década de 1990, cuando los inversionistas hablaban de "precio por clic" en ausencia de ganancias corporativas.
Aunque soy propensa a la nostalgia de la década de 1990, las condiciones actuales son diferentes y no creemos que la renta variable esté cara.
En cuanto a las valuaciones relativas dentro de los mercados de renta variable, nos mantenemos neutrales en las acciones de gran capitalización, porque carecemos de los catalizadores para infraponderar los Siete Magníficos y, en cualquier caso, creemos que negociar esas siete acciones como un bloque subestima los muy diferentes impulsores de negocio entre las empresas individuales. La dinámica detrás del crecimiento de Amazon, Google y Microsoft es muy diferente a la de Apple o Tesla. Preferimos confiar en nuestros seleccionadores de acciones para hacer frente a los riesgos idiosincrásicos en cada caso.
Sin embargo, ahora estamos respondiendo a las valuaciones más atractivas fuera de EE. UU. ampliando nuestra exposición a la renta variable de EE. UU. hacia el resto del mundo. Japón nos ha gustado durante algún tiempo debido a su política monetaria estimulante y a un cambio cultural en curso hacia una mejor asignación de capital y rendimientos para los accionistas.
La recuperación del sector manufacturero global favorece a las acciones de Europa, Asia y los mercados emergentes. También hay una ventana en la que la caída de la inflación justifica los recortes de tasas en EE. UU. y Europa, lo que es útil para las valuaciones, y muchas economías emergentes ya han empezado a relajar la política monetaria.
Afortunadamente, hemos visto una cierta ampliación del rendimiento del mercado, ya que el 44% de las acciones superaron al MSCI World All Countries en comparación con el 34% en 2023. El entorno puede volverse más desafiante a medida que avanza el año, si los bancos centrales no cumplen sus objetivos de inflación, pero por ahora seguimos siendo positivos en renta variable.
En cuanto a los bonos, la continua resiliencia de los datos de EE. UU. ha llevado a una revalorización de las expectativas de tasas en el mercado de bonos de EE. UU., que ahora se alinea más estrechamente con nuestra visión de un aterrizaje suave. Las valuaciones han mejorado, pero dado que todavía no esperamos una recesión inminente en EE. UU., mantenemos una postura neutral.
Nuestra exposición a la renta fija sigue centrada en la generación de ingresos, en lugar de esperar una vuelta a una correlación negativa con la renta variable o una apreciación significativa de los precios.
Nos sigue gustando el oro, a pesar de los recientes aumentos de precios, porque debería beneficiarse a medida que los bancos centrales empiecen a flexibilizar y también ofrece protección si la inflación resulta ser más fuerte de lo esperado.
Por último, unas palabras sobre el riesgo político. La tensión geopolítica es una constante desafortunada y se habla mucho de todas las elecciones políticas de este año. Los eventos geopolíticos son muy difíciles de posicionar porque su momento es casi imposible de predecir. La única defensa verdadera es diversificar sus asignaciones por geografía y clase de activos y, desde una perspectiva corporativa, revisar la resiliencia de las cadenas de suministro globales.
Obviamente, se conoce el momento de las elecciones, pero yo diría que podemos enfarizar de más su importancia. Ya hemos visto un cambio en el consenso político, hacia una mayor intervención fiscal y proteccionismo que se mantendrá independientemente de los resultados electorales. Como mencionamos en nuestro 3D Reset, esto contribuye a un deterioro en la disyuntiva entre crecimiento e inflación, lo que significa que es muy poco probable que volvamos a un mundo de tasas de interés cero.
También significa que tenemos que reconsiderar el riesgo soberano a medida que los inversionistas en bonos reaccionan ante un mayor gasto fiscal. De nuevo, esto es muy diferente a la década de 1990, cuando el enfoque en la rectitud fiscal redujo estructuralmente los riesgos del mercado de bonos. La política importa, pero tiende a desarrollarse durante meses y años en lugar de días.
- El reporte completo CIO Lens Q2 2024 está disponible aquí
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