Por qué los inversores en el clima deben priorizar a los más afectados
Maria Teresa Zappia explica por qué la "transición justa" a una economía verde debe priorizar a las personas.
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La lucha contra el cambio climático es una historia escrita a medias; hasta ahora, principalmente la contaron las economías grandes y poderosas. Eso debe cambiar.
El cambio, o transición, a un mundo con baja emisión de carbono está tomando impulso. La cantidad de países y empresas que se comprometieron a alcanzar las cero emisiones netas en sus actividades aumentó drásticamente. De hecho, el 90 % del producto bruto interno (PBI) global ahora está cubierto por estos compromisos.
Pero no es suficiente. En la actualidad, se proyecta que las políticas y medidas del mundo real deriven en un nivel de calentamiento global de 2,7 ºC. El objetivo del Acuerdo de París de 2015 es limitar los incrementos de temperatura a largo plazo a un nivel muy por debajo de los 2 ºC (preferentemente 1,5 ºC). Asimismo, las personas que pertenecen a economías emergentes y de frontera que se llevan la peor parte carecen de los recursos suficientes para protegerse. En muchas situaciones, su capacidad para anticiparse, prepararse y responder a las alteraciones relacionadas con el cambio climático ya está al límite.
En las economías emergentes y de frontera, el nivel de preparación para los diversos fenómenos climáticos varía enormemente, pero en general es muy bajo. Muchas de esas economías actualmente dependen de los combustibles fósiles mucho más que las desarrolladas; eso significa que en la carrera por alcanzar las cero emisiones netas, las condiciones no son iguales para todos.
Si nuestro objetivo es lograr una transición justa a una economía con baja emisión de carbono, mayor eficiencia de recursos y más inclusión a nivel social, los gobiernos y las empresas deben tomar otras medidas para cumplir sus compromisos y no solo crear una economía verde, sino también priorizar a las personas y los derechos humanos. Deben ayudar a garantizar que las personas más afectadas por el cambio climático cuenten con los recursos necesarios para protegerse.
Esto también se aplica a los inversores privados. Muchos lo admiten y se preguntan de qué manera se pueden combinar las iniciativas económicas que se alejan de la generación de carbono mientras se crean oportunidades para empleados, trabajadores y comunidades locales.
La respuesta es (al menos) triple. Los inversores deben comprometerse con estrategias de adaptación climática, o lo que el Pacto Climático de Glasgow define como “ayudar a quienes ya se vieron afectados por el cambio climático”, no solo reducir emisiones. También deben mejorar los productos financieros y de seguros diseñados para personas en riesgo, y medir su impacto mediante los comentarios de la comunidad.
Invertir en estrategias de adaptación climática
En primer lugar, no alcanzaremos las cero emisiones netas antes de mediados de siglo sin billones de dólares en financiación privada (una proyección que aún no es una realidad).
Los países desarrollados están obligados a movilizar $100 mil millones cada año en financiación para la lucha contra el cambio climático para respaldar a los países en desarrollo. No obstante, para implementar esos fondos con eficiencia, los inversores necesitan más ejemplos de inversiones reales que impulsen tanto una transición justa como una justicia climática más ampliamente.
El nuevo desafío Just Transition Finance Challenge del Impact Investing Institute, cuyos participantes fundadores son gerentes y propietarios de activos masivos y de desarrollo que representan un total de $4,4 billones, tiene como objetivo generar esos ejemplos necesarios y ayudar a redireccionar el flujo financiero que aborda el cambio climático. A la fecha, los inversores se han centrado principalmente en la mitigación del clima mediante la reducción de emisiones, pero la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 (COP26) tomó más medidas hacia la adaptación. Los participantes determinaron que el 50 % del total del presupuesto financiero destinado al cambio climático para los mercados emergentes debe dirigirse estratégicamente a la adaptación climática, con una mayoría asignada a países vulnerables.
En 2030, los costos de la adaptación climática anual podrían alcanzar los $300 mil millones en las economías emergentes. A primera vista, la asignación de la COP26 parece una inversión muy simple y viable. Sin embargo, la última información disponible sugiere que el apoyo financiero en todos los países sigue siendo mucho más bajo para la financiación de la adaptación que para la mitigación. Es esencial avanzar en las actividades de adaptación, como mejorar la preparación de los grupos más afectados por el cambio climático, y la innovación es un componente fundamental para el éxito.
Las estrategias de adaptación climática innovadoras pueden manifestarse de diversas formas; por ejemplo, mediante el desarrollo de cultivos más resistentes y nuevos sistemas de riego. Una de las estrategias más efectivas en las que nos enfocamos es la creación de un nuevo mercado de seguro contra riesgos climáticos. Las inversiones de impacto que se especializan en los mercados emergentes brindan acceso a seguros contra riesgos climáticos personalizados para micro, pequeñas y medianas empresas, así como para hogares de bajos ingresos, que cubren eventos meteorológicos extremos. El seguro es clave para el sustento y la resiliencia de muchos pequeños agricultores, ya que los cultivos o el ganado que pueden asegurar es su única fuente de ingresos. Las estrategias de adaptación climática son ahora el pilar de la mayoría de las tantas ofertas de financiación para la lucha contra el cambio climático.
Seguro contra riesgos climáticos: cómo pueden protegerse las comunidades de bajos ingresos
BlueOrchard se ha enfocado durante ocho años en la protección de comunidades de bajos ingresos mediante seguros contra riesgos climáticos. En ese tiempo, apoyamos la distribución de este seguro a través de instituciones financieras locales que tienen una base de clientes finales constituida por empresarios. También invertimos en la cadena de valor de empresas y corredores de seguros, así como en empresas de tecnología de seguros, que desarrollan nuevas tecnologías para el sector de seguros, incluso las herramientas de pronósticos meteorológicos que evalúan mejor los riesgos relacionados con el clima.
Un ejemplo es Skymet Weather Services Private Ltd, que presta servicios de información meteorológica y sobre el rendimiento de los cultivos al sector de los seguros en la India a través de más de 4.000 estaciones meteorológicas automáticas en todo el país. Nuestra inversión ayudó a la empresa a ampliar su red de estaciones y a asegurarse nuevos contratos para medir datos meteorológicos y el rendimiento de cultivos. Ahora llega a más de 20 millones de agricultores, permitiéndoles administrar mejor el impacto climático y los eventos meteorológicos en las cosechas a través de un seguro de ganado y cultivos basado en índices y disponible para teléfonos inteligentes.
Otro ejemplo es Royal Exchange General Insurance Company Ltd, una empresa aseguradora en Nigeria con más de 100 años de experiencia en el mercado de seguros nacional y una cartera considerable en el sector agrícola. La empresa ofrece una gama completa de productos de seguros de riesgo generales y especializados, y nuestra inversión extenderá su alcance a los agricultores de bajos ingresos particularmente vulnerables al cambio climático.
También nos asociamos con Kashf Foundation, una organización de microfinanciación no bancaria del sur de Asia que se convirtió en el distribuidor de soluciones de microseguros más importante de Pakistán. También ofrece pólizas de microseguros a más de 3 millones de clientes, principalmente de salud y de vida. Kashf utilizó nuestra financiación para lanzar su primer producto rural en 2017: un préstamo ganadero llamado Kashf Mahweshi Karza. El producto incluye un seguro para el ganado lechero de Pakistán a fin de cubrir los reembolsos en caso de que las vacas se enfermen o mueran. Los pagos permiten a los agricultores reponer los animales que pierden y les ayuda a evitar impagos y la acumulación de una solvencia crediticia insuficiente. Este tipo de red de contención es particularmente importante de cara al cambio climático, ya que el aumento de impactos como sequías, inundaciones y enfermedades influye en las tasas de mortalidad del ganado.
Medir el impacto mediante los comentarios comunitarios
Integrar las perspectivas de todas las partes involucradas en el diseño, la supervisión y la evaluación de productos es fundamental para materializar una transición justa.
En general, los comentarios obtenidos en las encuestas que desarrollamos en BlueOrchard para asegurarnos de cumplir con nuestras intenciones indicaron que las comunidades se benefician del seguro contra riesgos climáticos. De todos los encuestados (algunos asegurados y otros no), dos tercios habían sufrido un impacto climático. De aquellos con cobertura de seguro, el 45 % pudo apoyarse en sus ahorros después del evento climático. Por otra parte, solo el 18 % de aquellos sin seguro pudo apoyarse en sus ahorros. Asimismo, los encuestados asegurados tuvieron un 10 % más de probabilidades de recuperarse del impacto sin vender ningún activo.
Como resultado, los solicitantes tuvieron más del doble de posibilidades de recuperarse de los impactos que quienes no presentaron una solicitud; el 50 % de los asegurados se recuperaron, frente al 19 % de los que no lo estaban. Además, los beneficiarios pudieron reinvertir en gran medida el pago del seguro en sus negocios.
Colectivamente, los mercados emergentes están a punto de convertirse en los más influyentes del mundo. En cierta forma, ya lo son. Engloban la mayor parte de la población mundial, producen el grueso del PBI global y están creciendo más rápido que las economías desarrolladas. Asegurar la resiliencia a largo plazo de las comunidades vulnerables al cambio climático implica centrarse en las personas a la hora de emprender la transición hacia una economía verde. Y en esta instancia, cuando incluso las medidas relacionadas con el cambio climático siguen desfasadas con respecto a nuestra ambición global, es esencial brindar a los más vulnerables los recursos que necesitan para afrontar mejor la incertidumbre climática.
Cualquier rendimiento registrado en el pasado no constituye una guía para futuros rendimientos y es posible que no se repita. El valor de las inversiones y las ganancias resultantes de ellas pueden tanto bajar como subir, y los inversores pueden no recuperar los montos invertidos originalmente. Las fluctuaciones de los tipos de cambio pueden provocar variaciones tanto al alza como a la baja en el valor de cualquier inversión. Cualquier referencia a sectores/países/acciones/valores tiene únicamente fines ilustrativos y no constituye una recomendación para comprar o vender ningún instrumento financiero/valor o para adoptar ninguna estrategia de inversión.
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