¿Volverá la política latinoamericana al centro?
América Latina tiene un apretado calendario electoral para los próximos dos años y los resultados tendrán importantes implicaciones para los inversionistas.
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América Latina está entrando en un ciclo electoral crucial que podría remodelar su panorama político y económico. En los próximos dos años, la región podría pasar de gobiernos predominantemente de izquierda a administraciones más centristas y favorables al mercado, lo que podría reavivar las reformas, fortalecer la disciplina fiscal y restaurar la confianza de los inversionistas. Si bien los inversionistas se enfrentan a un flujo de noticias que cambia rápidamente en torno a los aranceles comerciales de EE. UU., es crucial estar atento a otros eventos que afectan la suerte de la región.
En 2024, la renta variable latinoamericana tuvo un rendimiento significativamente inferior, y el índice MSCI Latin America cayó un 26% en dólares estadounidenses debido a las preocupaciones de política interna y las presiones externas, como la fortaleza del dólar estadounidense y la desaceleración económica de China. Las preocupaciones sobre la disciplina fiscal de Brasil y los desafíos de gobernanza de México pesaron aún más sobre la confianza.
Sin embargo, surgieron puntos brillantes. Argentina registró un rendimiento del 117% en dólares, impulsado por audaces reformas, mientras que Perú experimentó una recuperación respaldada por la estabilidad política. Estos ejemplos subrayan el papel fundamental de las políticas internas sólidas en la configuración de los resultados del mercado, lo que hace que las próximas elecciones sean clave para la trayectoria económica y las oportunidades de inversión de la región.
Fuente: Schroders, a febrero de 2025
Argentina
Argentina iniciará la temporada electoral de América Latina con sus cruciales elecciones intermedias en octubre de 2025, que servirán como referéndum sobre el desempeño del presidente Javier Milei a mitad de su mandato. Estas elecciones serán cruciales ya que renovarán la mitad de los diputados y un tercio de los senadores. Esto es particularmente significativo para Milei, dada la limitada representación de su partido y la necesidad de estas elecciones para avanzar en su agenda de reformas.
Las elecciones de mitad de período en Argentina juegan un papel vital en la configuración del futuro político y económico del país. Para el Presidente Milei, lograr buenos resultados es esencial para impulsar su ambiciosa agenda de reformas estructurales, que busca abordar problemas de larga data dentro de la economía y la política argentina. Un resultado electoral exitoso no solo mejoraría su mandato, sino que también le proporcionaría el respaldo legislativo necesario para implementar estas reformas cruciales de manera efectiva.
A medida que se acercan las elecciones, hay varios factores clave que merecen especial atención, en particular tanto en el frente macroeconómico como en el político. En el plano económico, será importante mantener la tendencia desinflacionaria y apoyar la recuperación económica en forma de V de Argentina. Políticamente, la atención se centrará en La Libertad Avanza, un partido relativamente nuevo, y sus esfuerzos por solidificar su presencia a nivel nacional al tiempo que forma alianzas.
Chile
Chile celebrará elecciones generales en noviembre de 2025, durante las cuales los votantes elegirán a un nuevo presidente (ya que no se permite la reelección presidencial consecutiva), renovarán la mitad del Senado y reemplazarán a toda la cámara baja del Congreso.
Los resultados electorales recientes sugieren que los chilenos se están inclinando hacia la moderación política, continuando con la estabilización del país desde las turbulentas protestas de 2019. Este sentimiento se puso de manifiesto cuando los votantes rechazaron dos versiones de una nueva constitución propuesta, en septiembre de 2022 y diciembre de 2023, lo que puso de manifiesto la resistencia a los cambios radicales.
Los bajos índices de aprobación del presidente Gabriel Boric y los avances de la oposición de centroderecha en las elecciones regionales de octubre de 2024 reflejan aún más esta tendencia. Las encuestas sugieren que es probable que las próximas elecciones consoliden un panorama político más centrista. Las encuestas serán más confiables una vez que se confirmen los nombres de los candidatos de los principales partidos.
Perú
Las elecciones presidenciales de Perú en abril de 2026 podrían ofrecer un raro momento de continuidad en un país plagado de inestabilidad política. Con siete presidentes en la última década, pocos líderes han logrado completar sus mandatos. El Congreso también se renovará en su totalidad, y los peruanos elegirán un congreso bicameral por primera vez desde que el expresidente Alberto Fujimori lo disolvió en 1993 tras su "autogolpe". La elección de un Senado debe fortalecer la estabilidad del poder legislativo.
Dina Boluarte, quien asumió el cargo tras el juicio político y arresto de Pedro Castillo en diciembre de 2022, ha presidido un período de relativa estabilidad a pesar de sus bajos índices de aprobación. La mejora de la cooperación entre el Ejecutivo y el Congreso, combinada con un entorno externo más favorable, ha estimulado el impulso económico, como lo demuestran las inversiones en minería e infraestructura, que se han recuperado.
La historia muestra que un año es mucho tiempo en la política peruana, y aún no sabemos quiénes serán los favoritos más probables. Sin embargo, si la estabilidad actual se mantiene en el resultado de las elecciones de abril de 2026, este progreso positivo se aceleraría aún más.
Colombia
Colombia acude a las urnas en mayo de 2026, con la perspectiva de un cambio de gobierno. La Constitución del país prohíbe la reelección presidencial, y el partido del presidente Gustavo Petro carece de la influencia legislativa para mantener el control.
El mandato de Petro ha estado marcado por la mala gestión fiscal, que ha debilitado el peso colombiano y erosionado la confianza en las finanzas públicas. Las controvertidas reformas de su administración, centradas en la atención médica, las pensiones, la autonomía regional y los combustibles fósiles, han enfrentado una resistencia significativa.
Como el primer presidente moderno de izquierda de Colombia, las políticas de Petro han polarizado a los votantes. Los primeros indicios sugieren que el electorado podría inclinarse hacia una administración con políticas más moderadas, que busquen estabilidad y disciplina económica.
Brasil
Las elecciones generales de Brasil en octubre de 2026 determinarán la presidencia, toda la cámara baja del Congreso, dos tercios del Senado y más de la mitad de las gobernaciones.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva (Lula), quien ha expresado su intención de postularse para la reelección en lo que sería su cuarto mandato en el cargo, sigue siendo popular, impulsado por el crecimiento económico y el bajo desempleo. Sin embargo, se avecinan desafíos: se espera que el aumento de la inflación, la depreciación de la moneda y el aumento de las tasas de interés desaceleren la actividad económica en el período previo a las elecciones.
La edad de Lula (tendrá 81 años en 2026) y los recientes problemas de salud también pueden influir en su campaña. Además, la sostenibilidad fiscal se ha convertido en una cuestión crítica. A pesar de la solidez de la economía, la confianza del mercado se ha deteriorado debido a los limitados avances en las reformas fiscales.
A medida que se acercan las elecciones, es probable que la incertidumbre fiscal domine la dinámica del mercado, lo que hará que la postura de los candidatos y el resultado de la votación sean fundamentales para la trayectoria económica de Brasil.
Estados Unidos
Si bien las elecciones de América Latina dominarán la política regional, las políticas de Estados Unidos siguen siendo un motor clave a corto plazo para sus mercados. En México, las relaciones comerciales con Estados Unidos se encuentran en una coyuntura crítica, marcada por las negociaciones sobre inmigración, narcotráfico e inversiones chinas. A pesar de las tensiones, los intereses mutuos sugieren que México mantendrá su acuerdo comercial preferencial con Estados Unidos, lo que brinda estabilidad a su economía impulsada por las exportaciones.
Para la región en general, las políticas de Estados Unidos tendrán efectos indirectos pero significativos. Las altas tasas de interés de la Reserva Federal han fortalecido al dólar estadounidense, presionando a las monedas y los mercados de bonos de América Latina. Además, las acciones de Estados Unidos hacia China, el mayor socio comercial de América del Sur, afectarán los precios de las materias primas y los flujos comerciales.
Los mercados podrían estabilizarse si la nueva administración estadounidense adopta un enfoque más mesurado de lo que sugiere su retórica reciente. Con las monedas y las tasas de América Latina ya bajo presión, incluso cambios menores en las políticas podrían ofrecer alivio, creando oportunidades para los inversionistas estratégicos. La interacción entre las políticas de Estados Unidos y los acontecimientos regionales seguirá siendo un factor crítico que dará forma a las perspectivas económicas y de mercado de América Latina.
¿Qué significa todo esto para los inversionistas?
El apretado calendario electoral de América Latina promete remodelar el panorama político de la región en los próximos dos años. Desde las cruciales elecciones intermedias de Argentina hasta la carrera presidencial de alto riesgo en Brasil, los resultados tendrán implicaciones duraderas para la gobernanza, las políticas económicas y la confianza del mercado. Las primeras tendencias nos hacen afirmar que el péndulo de las políticas está volviendo a la ortodoxia, lo que sería un catalizador importante para el mercado. Hasta entonces, es probable que las políticas estadounidenses y el dólar sean un motor dominante de los rendimientos internos.
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