25 años de QEP Global Core: Sin prisa pero sin pausa se gana la carrera
Analizamos cómo nuestro equipo de renta variable cuantitativa (QEP) ha sido capaz de encontrar un punto medio entre los enfoques pasivos y activos tradicionales de renta variable, para aplicar los principios de la inversión fundamental a escala industrial a través de la estrategia QEP Global Core.
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Tras cuatro años de investigación, la estrategia QEP Global Core se lanzó a finales de enero de 2000, al final de la burbuja de las puntocom. Sin saber entonces cuánto durarían los “espíritus animales” (“animal spirits”, en inglés), se nos encomendó el objetivo de crear un componente de renta variable de menor riesgo para los fondos multiactivos de Schroders. Las instrucciones eran muy sencillas: «No fastidiarla”.
En aquel momento, el uso de técnicas cuantitativas en la gestión activa era relativamente incipiente. SSGA y Barclays Global Investors (ahora parte de Blackrock) habían lanzado estrategias basadas en la optimización de índices para el mercado estadounidense a principios de la década de 1990, pero los inversores estaban tardando en abandonar el enfoque fundamental tradicional de la gestión activa.
La popularidad de la inversión pasiva de bajo coste alentó la demanda de encontrar una estrategia que combinase lo mejor de los dos mundos.
A pesar de ello, el creciente interés académico por el poder de inversión factorial, junto con la rápida mejora de la calidad y la capacidad de procesamiento de los datos, ofreció un buen punto de entrada para los enfoques sistemáticos a medida que se acercaba el final de la década. La creciente popularidad de la inversión pasiva de bajo coste también alentó la demanda de encontar una solución a medio camino entre la inversión pasiva «sin intervención» y los enfoques activos tradicionales.
Teniendo en cuenta este creciente campo de la investigación cuántica y la herencia de Schroders en la inversión fundamental, deliberadamente adoptamos ambas. Del primero, nos quedamos con la disciplina y la escala de un proceso sistemático junto con una preferencia por la diversificación. Desde el punto de vista fundamental, en lugar de adoptar un enfoque único, adaptamos nuestro proceso de selección de valores a los modelos empresariales que estábamos analizando.
Y lo que es más importante, decidimos asumir nosotros mismos la gestión del riesgo en lugar de subcontratarla a un modelo que estaba abocado al fracaso. Ya entonces teníamos claro que el «riesgo» es mucho más que volatilidad y correlación. Pero quizá la decisión más importante que tomamos fue anclar nuestro proceso de inversión en el valor y la calidad. Esto se debió a nuestra preferencia por construir un proceso fundamental que fuera escalable a todo el universo bursátil mundial.
La estrategia empezó con fuerza entre los escombros del boom de las puntocom
Cuando lanzamos Global Core en enero de 2000, estaba claro que el mercado se encontraba en una burbuja, pero no estaba claro cuánto tiempo duraría. Y resultó que no mucho. La fiebre por las puntocom alcanzó su punto álgido en marzo de 2000, y en dos años el NASDAQ había perdido casi el 80% de su valor (Fuente: LSEG Datastream, Schroders, periodo comprendido entre el 31 de marzo de 2000 y el 30 de septiembre de 2002). Muchos de los fondos e inversores más destacados de finales de los 90 sufrieron el exceso de concentración en el sector tecnológico. La oportunidad estuvo de nuestro lado, ya que el nfasis en el valor y la calidad significó que Global Core tuvo un buen comienzo durante el naufragio del boom de las puntocom.
Desde entonces, hemos sorteado varios ciclos de mercado, una crisis financiera mundial y el creciente dominio de las grandes tecnológicas estadounidenses. Nos hemos atenido firmemente a nuestra filosofía de inversión en todo momento, pero nuestro enfoque ha evolucionado a lo largo de los años en respuesta a la evolución del mercado.
El enfoque que busca optimizar el índice se basa en principios fundamentales de calidad y valor…
En 2007 tuvimos que revisar nuestro marco de evaluación de los riesgos de los balances, lo que resultó ser una medida acertada cuando se desencadenó la crisis financiera mundial. Más recientemente, hemos incorporado el crecimiento estructural como un pilar adicional dentro de nuestro marco de calidad. Pero el principio básico de identificar el potencial económico de una empresa a través de la calidad y determinar posteriormente la prima o el descuento de valoración necesarios se ha mantenido firme y nos ha dado buenos resultados a lo largo de los años.
El hecho de que hayamos sido capaces de lograr este resultado desde su creación es también un testimonio de nuestro enfoque que busca optimizar el índice, que es relativamente modesto en sus aspiraciones, con el objetivo de superar al mismo en una media del 1% anual. Cabe destacar que este resultado se ha obtenido con un alto grado de consistencia en diversos entornos de mercado. La estrategia ha superado al índice en 20 de los 25 años y cuenta con una tasa de éxito mensual de más del 61%. Según nuestra experiencia, la lentitud y la constancia son factores claves para ganar la carrera, pero también imparten una valiosa lección sobre perseverancia, paciencia y humildad.
…lo que ha permitido explotar la única constante del mercado: el miedo y la codicia
Tras 25 años gestionando QEP Global Core, diríamos que la única constante ha sido el miedo y la codicia. Esto siempre ha generado reacciones insuficientes y exageradas que pueden aprovecharse en el marco de un proceso de inversión disciplinado y con gestión del riesgo. La principal lección que hemos aprendido es que siendo modestos en nuestros objetivos y aceptando que un objetivo de rentabilidad relativa menos ambicioso es el precio que hay que pagar por la consistencia, podemos superar a lo largo del tiempo tanto a los enfoques más activos como al índice.
Creemos que nuestro enfoque es muy adecuado para lo que nos espera. Las perspectivas de inversión actuales son inusualmente inciertas, pero sabemos que nos veremos obligados a sortear la desglobalización, la descarbonización, los cambios demográficos y la elevada concentración de los mercados. Los cambios de paradigma son raros, y la reversión es nuestra mejor amiga, pero esto debe compensarse con temas de inversión en constante rotación.
Este es un resumen de un artículo más largo que explora las lecciones clave aprendidas por el equipo QEP de Schroders durante el último cuarto de siglo gestionando su estrategia insignia QEP Global Core. Si estás interesado en leer la versión completa puedes facilitar una dirección de correo electrónico corporativa a continuación:
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