Entrevista con el experto: una alternativa atractiva
Tim Boole, Responsable de Gestión de Productos de Private Equity de Schroders Capital, cree que, en un contexto en el que cada vez más inversores de banca privada prestan atención a los mercados privados, la tecnología y la regulación deben avanzar de la mano
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¿Cuál dirías que es el principal factor que hace que cada vez más inversores de banca privada se interesen por los mercados privados?
Los inversores de banca privada buscan acceder a las rentabilidades superiores que los mercados privados han ofrecido históricamente. Además, cada vez son más conscientes de que los activos cotizados pueden ofrecer una exposición limitada a la economía real. Asimismo, las carteras de renta variable y renta fija de muchos inversores han vivido tiempos aciagos en 2022. Por eso, en 2023 empezaron a buscar con más ahínco alternativas que ofreciesen rentabilidades altas pero con menos volatilidad, de modo que se adecuasen mejor a sus objetivos a largo plazo.
Entretanto, desde el punto de vista de la oferta, los avances tecnológicos hacen posible que los inversores accedan a los mercados privados de formas en las que antes no era posible. Lo vemos, por ejemplo, con el auge de las plataformas digitales de crowdfunding. Los cambios en la regulación también han auspiciado este cambio, al tiempo que la innovación en los productos ha hecho que existan fondos que responden mejor a las necesidades únicas de los inversores de banca privada.
Teniendo en cuenta los desafíos a los que se enfrentan las firmas de los mercados privados a la hora de captar capital de los inversores institucionales tradicionales, ¿es ahora más prioritario el acceso de los inversores de banca privada?
Los inversores de banca privada de todo el mundo suponen una enorme bolsa de potenciales clientes para las firmas de los mercados privados, ya que este segmento de inversores tiene ahora mismo asignaciones relativamente bajas a los mercados privados. Por lo tanto, es uno de los segmentos de clientes más importantes a los que los gestores de inversiones deben prestar servicio. A su vez, el ritmo de nuevas inversiones de muchos grupos de clientes tradicionales de los mercados privados, como fondos de pensiones o aseguradoras, se ha desacelerado. En algunos casos, esto se debe al efecto denominador, que implica que la asignación a mercados privados de las carteras ha llegado al límite.
En otros, tienen que ver con factores estructurales, como la reducción del riesgo en los planes de pensiones de prestaciones definidas o el proceso para alcanzarla. En cambio, el segmento de inversión de inversores de banca privada crece con rapidez desde unos niveles bajos. Como respuesta, muchos grandes gestores de activos de mercados privados han estado dedicando muchos recursos para poder entrar en esta bolsa de capital. Han creado equipos dedicados a los inversores de banca privada y también están forjando alianzas con proveedores de infraestructura tradicionales, como las plataformas de fondos mutuos. Cultivar estas relaciones es verdaderamente importante porque a veces estas plataformas actúan como punto de acceso para bancos privados y gestores de patrimonios que, en última instancia, controlan el capital de los inversores de banca privada o influyen sobre él.
También vemos cómo se lanzan fondos centrados exclusivamente en este segmento de inversores. Estos fondos tienen características diseñadas expresamente para atraer a esa bolsa de inversores, como los requerimientos de capital únicos frente a los múltiples, las estructuras semilíquidas que ofrecen más flexibilidad y las estructuras de fondos reguladas que pueden distribuirse a inversores no profesionales.
¿Qué desafíos siguen limitando el crecimiento de la inversión por parte de inversores de banca privada?
Sigue habiendo bastantes retos encima de la mesa. No cabe duda de que cualquiera que crea que puede coger un fondo de private equity tradicional y empezar a ofrecerlo sin más a inversores de banca privada sin tener en cuenta las necesidades y preferencias concretas de este segmento de clientes va a tener complicado llegar a conseguir un buen resultado.
Muchos gestores de patrimonios y entidades de banca privada siguen sin contar con una operativa plenamente adaptada para brindar acceso a los mercados privados, sobre todo de la forma clásica, en la que un inversor adquiere determinados compromisos y recibe requerimientos de capital a lo largo del tiempo. Estas consideraciones operativas están frenando buena parte del crecimiento. Dicho esto, los gestores de patrimonios y la banca privada son cada vez más conscientes de que esto es algo que deben superar, porque se dan cuenta de que el interés de los inversores por los mercados privados no es algo efímero. Se trata de un cambio a largo plazo, y, por eso, están invirtiendo en sistemas que den soporte al acceso a mercados privados. Por ahora, no obstante, esta cuestión sigue siendo una barrera importante para vender activos privados a este segmento de clientes.
El entorno regulador también sigue siendo bastante restringido por ahora. En algunos mercados, hay limitaciones reales en cuanto a los clientes a los que se pueden comercializar estos productos y a qué productos pueden lanzarse. Además, ahora mismo estamos viviendo momentos de gran incertidumbre política y económica. Los tipos altos han hecho que los inversores se muestren cautos a la hora de rotar hacia activos más ilíquidos: cuando se puede obtener una rentabilidad del 6% por tener el dinero en el banco, uno tiene delante un buen negocio, por lo que algunos deciden paralizar la entrada en los mercados privados y esperar a ver cómo evoluciona el contexto macroeconómico.
¿Cómo encaráis vosotros como firma del sector la democratización de los mercados privados, y cómo tratáis de ampliar vuestro negocio en el segmento?
Nuestra prioridad es que se nos vea como un socio para gestores de patrimonios y bancos privados. Para eso, tenemos que garantizar que la inversión por parte de inversores de banca privada tenga varias vías de entrada en los mercados privados. No nos vamos a limitar a lanzar varios fondos de mercados privados y que los inversores elijan sin más el que quieran. Tiene que haber varias vías de entrada en función del tipo de inversor al que estés vendiendo y la clase de activo para la que estés captando capital.
Muchos clientes valoran el poder elegir entre una gama de opciones ya estructuradas y estandarizadas, y los fondos semilíquidos han cumplido un importante papel a la hora de satisfacer esa demanda. Sin embargo, también hay demanda de estrategias personalizadas y de “marca blanca”. En ese escenario, podemos hacer todo el trabajo sucio entre bambalinas para facilitar el acceso a los mercados privados al llevar a cabo toda la estructuración y respaldar la selección de inversiones. De este modo, el gestor de activos o el banquero privado sólo tiene que pensar cómo incorporar los mercados privados a sus carteras y vender esa oportunidad a sus clientes finales.
¿Cómo esperas que evolucione el relato de la regulación en 2024, sobre todo en lo referente a los fondos de inversión a largo plazo europeos (ELTIF) 2.0?
Aún hay aspectos inciertos en lo que se refiere a los ELTIF 2.0. No cabe duda de que se han producido mejoras en cuanto a en qué puede invertir un ELTIF y en qué no. Se va a agradecer la posibilidad de invertir en fondos, frente a la inversión directa en activos como única posibilidad, sobre todo porque las inversiones en fondos ofrecen mayores niveles de diversificación. Tratar de construir una cartera diversificada de inversiones directas exige que los fondos tengan un tamaño mayor, y eso actúa de barrera de entrada para nuevos gestores.
También se han producido mejoras en lo que respecta a los inversores que pueden invertir en este mercado. Por ejemplo, será más fácil para los gestores de patrimonios y bancos privados ofrecer ELTIF a sus clientes sin tener que hacer previamente las complejas comprobaciones de aptitud que había que hacer antes.
No obstante, aún hay mucha incertidumbre en torno a los mecanismos de liquidez; una incertidumbre que llevamos arrastrando más tiempo de lo que preveía buena parte del mercado. La expectativa inicial era que, desde mediados de enero, ya se sabría todo lo relativo a los ELTIF 2.0 y que veríamos de inmediato una vorágine de lanzamientos de nuevos fondos. Ahora mismo, ese escenario no parece probable: en el momento en el que se redactan estas líneas, aún esperamos que se aclaren las preguntas que quedan en el aire en cuanto a lo que se podrá y no se podrá hacer desde el punto de vista de los reembolsos y la liquidez.
Seguimos colaborando estrechamente con los organismos del sector y dando pautas conforme se van trabajando estos aspectos. Evidentemente, lo que no queremos es acabar con una normativa que estrangule el crecimiento antes incluso de que empiece. Tenemos que trabajar para lograr una situación en la que haya una cantidad razonable de opciones en cuanto a los ELTIF disponibles para el mercado de inversores de banca privada, lo que implica reducir las barreras de entrada.
¿Hasta dónde crees que llegará este proceso de democratización?
No cabe ningún tipo de duda de que los inversores de banca privada van a jugar un papel muy importante en el desarrollo de los mercados privados a partir de ahora. El nivel de demanda que vemos es elevado, no sólo en Europa, también en Asia y Estados Unidos. Dicho esto, aún se observa un cierto grado de duda. Los bancos privados y los gestores de patrimonios apuntan a una cierta cautela sobre su capacidad operativa para responder a esa demanda.
Por lo tanto, la educación es esencial, no sólo para los clientes finales, sino también para los gestores que les atienden, de modo que de verdad entiendan los productos que venden y si son adecuados o no para cada persona en concreto.
La tecnología también va a jugar un papel muy importante. En particular, vemos muchísimo interés en la tokenización. Se trata de algo en lo que Schroders está trabajando intensamente. Contamos con un equipo que trabaja en varios proyectos piloto en diferentes zonas geográficas para ver cómo se puede utilizar la tokenización para desbloquear flujos de inversión de inversores de banca privada, no solo en los mercados privados, también en los cotizados.
En el contexto de los mercados privados, la tokenización tiene el potencial de brindar una mayor flexibilidad y liquidez y de reducir parte de las fricciones que puede traer consigo un proceso de suscripción excesivamente burocrático. Superar la falta de familiaridad con los activos privados y abrazar las ventajas que la tecnología puede ofrecer podría impulsar un gran cambio.
Por último, también hay una escuela de pensamiento que afirma que la línea que separa los mercados cotizados de los privados será cada vez más difusa conforme la tecnología vaya avanzando. Ya lo estamos viendo en renta fija, pero la perspectiva es que la distinción entre la renta variable cotizada y el private equity más tradicional empiece a diluirse conforme las restricciones de liquidez vayan resolviéndose y la tokenización permita un mayor volumen de negociación.
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