El papel de las energías renovables en la revolución de la IA
En el primero de una serie de artículos que exploran cómo los sectores de la economía están impulsando la demanda de energías renovables, Paul O'Donnell, de Schroders Greencoat, analiza cómo el auge de las aplicaciones de IA está alimentando una necesidad cada vez mayor de capacidad de los centros de datos, lo que a su vez está aumentando la necesidad de fuentes de energía sostenibles.
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Puntos clave
- El mercado de centros de datos se ha expandido rápidamente en medio de la digitalización en curso y la revolución de la IA, y existe una creciente demanda para desarrollar aún más la capacidad de estos centros.
- El crecimiento exponencial de la demanda de centros de datos se está traduciendo en un aumento sustancial de la demanda de energía en todo el mundo.
- El acceso a la energía renovable para satisfacer esta demanda es fundamental para garantizar que las empresas tecnológicas y los gobiernos puedan cumplir sus objetivos de descarbonización, y puede ser vital para garantizar que los proyectos superen los obstáculos de planificación.
- Los mecanismos contractuales, como los acuerdos de compra de energía, para garantizar la energía renovable necesaria para alimentar los centros de datos podrían apuntalar y aumentar aún más el valor de los activos renovables a largo plazo.
Vivimos en la era digital. La creciente adopción de teléfonos inteligentes y conectividad a internet en todo el mundo, el auge de la computación en la nube, la relevancia del comercio electrónico y de los métodos de pago digitales o sin contacto, y las modalidades de trabajo cada vez más difusas en la era post-Covid, han contribuido a aumentar la demanda de procesamiento y almacenamiento de datos y, a su vez, de energía para alimentar esa demanda.
También está la revolución de las tecnologías de inteligencia artificial (IA), una megatendencia mundial que podría transformar casi todos los sectores de la economía, pero que depende de un enorme consumo de datos y, por extensión, de energía. Una consulta en ChatGPT, por ejemplo, consume 10 veces más electricidad que una búsqueda en Google.
Más allá de los cambios en nuestra forma de vivir y trabajar, este crecimiento de la demanda de datos tiene profundas implicaciones para nuestras necesidades energéticas. Después de todo, no es casualidad que la capacidad de los centros de datos se mida normalmente en megavatios o gigavatios (MW, GW), ambas unidades de potencia. En el periodo comprendido entre 2012 y 2023, la demanda de energía de los centros de datos, que hacen posible la computación y almacenamiento de aplicaciones digitales y de IA, experimentó una tasa de crecimiento anual compuesta del 14%. Esto contrasta fuertemente con el crecimiento del 2,5% de la demanda total de electricidad.
Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), se prevé que el porcentaje de la demanda mundial de electricidad procedente de los centros de datos se duplique en 2026 con respecto a los niveles de 2022, lo que equivale a la totalidad de las necesidades energéticas de Alemania (véanse los gráficos). Por poner un ejemplo, en Irlanda, base europea de gigantes tecnológicos como Google y Meta, la AIE prevé que los centros de datos consuman el 32% de la electricidad total en 2026, frente al 17% en 2022.
Centros de datos: una necesidad creciente
Los centros de datos no sólo consumen más energía, sino que se necesitan más centros para hacer frente a la creciente demanda de datos, que se espera que siga aumentando a medida que se incremente el uso de la IA y evolucionen sus modelos.
En la actualidad, hay más de 8.000 centros de datos en todo el mundo, con una concentración significativa y creciente en Estados Unidos y Europa. Se están planificando más y se están realizando importantes inversiones en el sector. Linklaters informó de que se invirtieron 22.000 millones de dólares en todo el mundo en centros de datos solo durante los cinco primeros meses de 2024, lo que supone una aceleración en comparación con los 36.000 millones de dólares invertidos en 2023.
Gran parte de esta inversión procede de grandes empresas tecnológicas que dependen de centros de datos para el funcionamiento de sus servicios. Por ejemplo, Amazon Web Services ha anunciado este año planes para invertir 15.700 millones de euros (17.000 millones de dólares) en centros de datos en España hasta 2033, y otros 8.000 millones de libras (10.000 millones de dólares) para ampliar su infraestructura digital y de IA en el Reino Unido hasta el final de la década. Además, Microsoft ha comunicado inversiones futuras por un total de al menos 16.000 millones de dólares para construir centros de datos en Estados Unidos, Europa y Asia, mientras que Google ha comprometido miles de millones para proyectos en todo el mundo.
Pero se necesitará más capital. Según los últimos datos de McKinsey, se espera que la demanda de capacidad para centros de datos aumente hasta unos 35 GW en 2030, más del triple de los 10 GW actuales. Según la consultora, se necesitarán entre 250.000 y 300.000 millones de dólares de inversión en nuevas infraestructuras de centros de datos para satisfacer esta demanda.
Oportunidad para las energías renovables
Los activos de infraestructura relacionados con la generación de energía presentan una oportunidad atractiva y de riesgo relativamente bajo para capitalizar el crecimiento de los centros de datos. Esto es especialmente relevante en el caso de los activos de energías renovables, que proporcionan una fuente sostenible de electricidad para satisfacer esta creciente demanda de energía y, por lo tanto, están bien posicionados para beneficiarse del crecimiento exponencial del sector de los centros de datos.
Las grandes empresas tecnológicas, junto con los gobiernos de todo el mundo, se han fijado ambiciosos objetivos de descarbonización y emisiones cero para hacer frente a la amenaza de un cambio climático catastrófico. Para cumplir estos objetivos, será necesaria una enorme inversión que permita aumentar la capacidad de las energías renovables. Sólo la demanda de energía de los centros de datos podría requerir unos 100 GW de nuevos proyectos eólicos y solares de aquí a 2035, lo que supondría un gasto de 115.000 millones de euros en inversiones de capital.
La cuestión ya ha llegado a su punto álgido en algunos lugares, incluidos varios de los mayores mercados de centros de datos de Europa, como Ámsterdam y Dublín, donde se han impuesto limitaciones de facto al desarrollo de nuevos centros debido a la capacidad de la red y a problemas de sostenibilidad. El compromiso de suministrar nueva energía renovable para satisfacer el aumento de la demanda puede ser la clave para superar estos obstáculos. Esto, a su vez, significa replantearse el desarrollo futuro de centros de datos, desplazando la atención de los terrenos abandonados hacia ubicaciones con conectividad existente o potencial a fuentes de energía renovables.
En resumen, el sector de las energías renovables se encuentra en la intersección de dos megatendencias mundiales: la revolución de la IA y la descarbonización global. Estas tendencias son realmente globales, pero hay regiones y mercados clave, incluidos el Reino Unido, Irlanda y España, que ya están muy avanzados en la inversión y el desarrollo de redes de energía renovable, y por lo tanto, están especialmente bien posicionados para capitalizar la demanda relacionada y creciente tanto de datos como de energía.
PPAs: Nuevas oportunidades para los generadores de energías renovables
Las oportunidades para las energías renovables no se limitan a la demanda de desarrollo. También existe la posibilidad de que la creciente necesidad de los operadores de centros de datos de asegurar la energía para sus instalaciones se traduzca en un mayor uso de mecanismos contractuales que ayuden a afianzar y mejorar el valor de los activos renovables.
Tradicionalmente, la rentabilidad de las inversiones en activos renovables se veía influida por la inflación y los precios de la electricidad en el mercado en general. Sin embargo, los operadores de centros de datos, que tienen necesidades obvias de fiabilidad del suministro y seguridad de los precios, han empezado a encontrar o desarrollar sus propias fuentes de energía renovable.
Al mismo tiempo, ha surgido una interesante tendencia paralela que implica a las empresas que obtienen energía renovable directamente de los generadores de electricidad renovable, mediante acuerdos bilaterales. Estos acuerdos, conocidos como acuerdos de compra de energía (PPAs, por sus siglas en inglés), son contratos legales entre generadores y usuarios finales. Permiten a las empresas satisfacer su creciente demanda de electricidad renovable, al tiempo que proporcionan a los operadores de renovables flujos de ingresos estables, a largo plazo y por contrato.
El número y el valor de los PPAs de energías renovables en Europa no ha dejado de crecer en los últimos años, hasta alcanzar cerca de 46 GW de capacidad contratada acumulada desde 2013 (véase el gráfico). El aumento de la demanda de energía renovable, junto con la volatilidad de los precios de la energía en general, como el gas, ofrece a los propietarios de activos la oportunidad de fijar precios atractivos a través de estos PPA.
Schroders Greencoat lleva muchos años en el mercado de los PPA. A modo de ejemplo, a principios de este año, nuestro fondo de inversión cotizado, Greencoat Renewables Plc, firmó un acuerdo de 10 años con Keppel DC REIT para el suministro de energía renovable para alimentar sus dos centros de datos en Dublín. Creemos que esta estrategia está ayudando a apuntalar el valor a largo plazo de los activos renovables más allá de su período inicial, y nuestra opinión es que esto continuará, con expectativas de un número significativo de transacciones similares en el mercado en los próximos años.
Conclusión: una oportunidad a largo plazo
Está claro que existe una demanda de mayor inversión y desarrollo para aumentar la capacidad de los centros de datos. También está claro que es necesario incrementar el suministro de energías renovables para satisfacer la creciente demanda de forma sostenible, como parte de una necesidad más amplia de invertir en tecnologías para la transición energética que permitan un futuro con bajas emisiones de carbono.
Las empresas tecnológicas y de servicios públicos mundiales ya están invirtiendo mucho en este campo y se espera que se beneficien de estas tendencias en rápida evolución. Pero se necesita más capital, especialmente de inversores con un horizonte de crecimiento a largo plazo. Además, creemos que existen claras sinergias entre el sector inmobiliario tradicional y las inversiones en infraestructuras renovables básicas, lo que se traduce en oportunidades atractivas que pueden desbloquear valor a largo plazo.
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